¿Cómo eliminar información personal de forma segura en tu rutina diaria?
Un tema que siempre está en el orden del día cuando hablamos de concienciación en ciberseguridad es el relativo al cuidado que debemos tener al eliminar información en el ambiente profesional. A fin de cuentas, las empresas suelen ser blanco del llamado “dumpster diving”, el acto ilícito de revolver la basura ajena en busca de datos sigilosos y secretos empresariales. Pero ¿sabías que es importante adoptar esas mismas medidas con tus propios datos personales en tu rutina diaria personal?
Se equivocan quienes piensan que la eliminación segura de información debe realizarse solo en el trabajo: cualquier ciudadano corre serios riesgos cuando se deshace de documentos o dispositivos electrónicos de almacenamiento de forma inadecuada. Y, en el trajín diario, es normal, incluso, que nos olvidemos de lo valiosos que pueden ser los datos que constan en una simple correspondencia, por lo cual dejamos de adoptar prácticas criteriosas para eliminarlos.
Cuidados con papeles sigilosos
Los documentos impresos pueden contener datos preciosos para un delincuente. Piensa, por ejemplo, en una factura de la tarjeta de crédito o en una notificación de un órgano fiscalizador del tránsito. Ambos documentos tienen información de identificación que se podrían usar fácilmente en una campaña de phishing altamente dirigida.
Imagina que recibes una llamada de una institución financiera en la cual se te exige el pago del valor exacto de una cuenta que tú estabas seguro que ya habías pagado. Bueno, a lo mejor no la pagaste en realidad... Pero también podría ser que un estafador hubiera revuelto tu basurero y encontrado esa factura completa ¡y esté intentando hacer que envíes ese dinero a su cuenta!
En esa misma categoría entran los estados de cuenta bancarios, apuntes personales, listas telefónicas y de direcciones, notas adhesivas viejas y una infinidad de otros papeles impresos que usamos a diario.
Considerando la cantidad de escenarios peligrosos existentes, la recomendación aquí es simple: destruye cualquier papel que contenga datos personales, sigilosos o identificables antes de eliminarlo. Para hacerlo, lo más práctico y recomendable es invertir en una destructora o trituradora de papel. Este tipo de equipo cuesta a partir de 20 dólares y puede representar un gran ahorro de tiempo. Sin embargo, si prefieres ahorrar también dinero, puedes tachar los datos manualmente con un bolígrafo o rasgar las hojas con la mano: solo asegúrate que quede todo muy bien cortado para no dejar ninguna información importante completa.
¿Y los datos digitales?
Afortunadamente, cuando hablamos sobre eliminación de información en la vida personal, el acto de deshacerse de dispositivos electrónicos es menos común que en el ambiente empresarial. Sin duda, cambiamos de computadora, celular u otros dispositivos con menos frecuencia. Sin embargo, las pocas veces en que lo hacemos, es crucial prestar atención para garantizar que no estemos botando a la basura, vendiendo o cediendo datos sensibles a terceros junto al dispositivo electrónico en cuestión.
¿Quién que alguna vez haya comprado un celular usado no ha notado nunca que, en vez de formatear el aparato por completo, el dueño anterior simplemente borró los archivos de la memoria de almacenamiento pero se olvidó de desconectar sus cuentas en las redes sociales? ¡Exacto!
Pasando a las computadoras y notebooks, también conviene recordar que simplemente borrar un archivo de la papelera de reciclaje de tu sistema operativo no basta, pues los archivos se pueden recuperar con técnicas específicas.
Ahora que lo sabes, siempre acuérdate de formatear totalmente el sistema operativo de cualquier dispositivo electrónico (computadoras, notebooks, celulares, pendrives, HD...) antes de venderlos, donarlos o eliminarlos.
Si se trata de una eliminación total de alguno de esos medios, considera destruirlos físicamente antes de botarlos a la basura. A fin de cuentas, no basta con simplemente borrar los archivos, ya que, con la ayuda de softwares específicos, los delincuentes pueden reconstruirlos a partir de rastros dejados en el hardware.
No es recomendable que destruyas los dispositivos por tu cuenta. Busca servicios especializados que puedan ejecutar el proceso de forma adecuada, garantizando que los datos se borren de forma definitiva. También es aconsejable que el dispositivo destruido se destine a reciclaje de chatarra electrónica.