Cómo la pandemia aumentó las inversiones en seguridad de la información
El año de 2020 estuvo marcado por la pandemia del nuevo coronavirus (SARS-CoV2), que incluso continúa como amenaza en varios países de todo el mundo. La propagación del virus provocó innumerables muertes y cambió radicalmente la forma en que trabajamos: debido a la necesidad individual de permanecer socialmente aislado, muchas empresas tuvieron que pedir que sus empleados trabajaran de forma remota. El problema es que no todos estaban preparados para afrontar los retos que vendrían con esta nueva realidad.
Después de todo, ¿cómo garantizar que los empleados tengan acceso a los activos, sistemas y aplicaciones corporativos de forma segura, repartidos por la ciudad, el estado o el país? Se hizo necesario adoptar soluciones que permitan este acceso remoto de forma segura, evitando los crecientes ciberataques que aprovecharon COVID-19 para engañar a los usuarios desatentos de Internet. La seguridad de la información nunca ha sido más importante para todas y cada una de las empresas.
A fines del año pasado, en una encuesta a 3.000 ejecutivos de 44 países diferentes, la consultora PwC encontró que el 55% de los tomadores de decisiones planean aumentar el presupuesto de sus corporaciones para soluciones de protección a lo largo de 2021. Aunque muchas empresas están ganando menos dinero, resulta obvio que es mejor prevenir que curar. La inversión proactiva en la seguridad de los datos confidenciales puede salvar a una empresa de problemas y pérdidas aún mayores.
Transformación digital acelerada
Tampoco podemos olvidar que la nueva pandemia de coronavirus aceleró abruptamente el proceso de transformación digital, que avanzaba a un ritmo lento. Al impedirle actuar físicamente, el comercio minorista se vio obligado a migrar a las ventas en línea, impulsando el mercado del comercio electrónico. Lo mismo sucedió con áreas relacionadas con el entretenimiento, que tuvieron que prescindir de espectáculos y eventos presenciales en favor de experiencias 100% digitales.
Con tal “digitalización”, naturalmente, se hace necesario invertir en ciberseguridad. Los emprendedores, no acostumbrados a trabajar con la web, fueron los que más sufrieron, aprendiendo “por la necesidad” las amenazas que rodean internet y al entender que no basta con crear un sitio web y vender. Casualmente, en el mismo año de 2020, Brasil sancionó la Ley General de Protección de Datos (LGPD), que impulsó aún más el área de protección y privacidad.
El ciberdelito se adapta
Por supuesto, tampoco debemos olvidar el hecho de que el ciberdelito ha crecido enormemente durante este período. Como de costumbre, los estafadores y los delincuentes cibernéticos utilizaron temas en auge (como el Auxilio de Emergencia del Gobierno Federal, en Brasil, y la investigación de vacunas contra COVID-19) para crear trampas de ingeniería social aún más seductoras para el usuario no especializado. Además de las campañas de phishing, los estafadores comenzaron a difundir versiones maliciosas de software utilizados para la colaboración, productividad y comunicaciones remotas.
Por mucho que la pandemia haya cobrado muchas víctimas en el mundo online, podemos ver este período de forma positiva: este incidente obligó a las empresas a ver la importancia de adoptar soluciones de ciberseguridad y, sobre todo, mantener a sus empleados al tanto de las amenazas online. Recuerda: la mejor manera de protegerte es asegurarte de que tu equipo de trabajo pueda identificar riesgos, esquivarlos e informarlos al equipo apropiado, algo que solo se puede lograr con programas de concientización y educación.