El oscuro universo de los foros de piratería digital y del ciberdelito
Reservada, estratega y misteriosa: estos son solo algunos de los adjetivos que podrían usarse para describir la personalidad de Hanna, una joven que siempre se ha mostrado impasible debido a la rigurosa educación a la que la sometieron sus padres. Su impaciencia con las personas que “hablan demasiado y escuchan muy poco” siempre le ha impedido tener un círculo grande de amigos. Por esta y otras razones, decidió hacer de su afición natural por la tecnología un pasatiempo: sus días transcurrían entre la lectura de libros de ciencia ficción y las horas que se dedicaba a estar frente a la computadora entendiendo cómo funciona la internet. Esta curiosidad cambiaría su vida para siempre.
Un día, Hanna se internó tanto en las entrañas de la web que descubrió el oscuro universo de los foros y comunidades de ciberdelincuentes. Ella presenció, estupefacta, cómo los crackers compartían técnicas para invadir las máquinas de otras personas, los estafadores enseñaban cómo preparar campañas de phishing y cómo millones de datos personales filtrados se ofrecían a precios muy bajos: una verdadera feria al aire libre de nombres, documentos e incluso tarjetas de crédito. Hanna había entrado en el inframundo de los ciberdelincuentes.
Su vida cambiaría para siempre. No conformándose con la facilidad con la que esos delincuentes se organizan y colaboran entre sí para dañar a internautas inocentes, Hanna decidió utilizar su conocimiento en tecnología (incluyendo sus habilidades innatas para identificar fraudes y posibles archivos contaminados con malware) a favor de la sociedad. A Lenda, el fundador de los Hackers Rangers, no le llevó mucho tiempo notar su talento y, así, pronto la invitó a unirse al equipo de benefactores. Ahora, Hanna lucha incansablemente para que la gente sea consciente de los riesgos y amenazas que acechan sobre la web.
“Feria libre” de datos personales
Seguramente ya has escuchado algo acerca de la deep web, la parte “más oscura” de internet, que no está indexada por los motores de búsqueda y a la que no se puede acceder por medio de los navegadores tradicionales. Utilizando la analogía clásica del iceberg, la deep web correspondería a la parte más grande del glaciar, que es invisible al estar por debajo del nivel del mar: aquello a lo que accedemos y visualizamos en nuestra vida diaria en la red es solo la punta de esa gigantesca masa de hielo. Todo lo demás es difícil de rastrear y, por eso, la deep web es el mejor lugar posible para practicar el ciberdelito.
De hecho, es el lugar favorito para la comunicación entre los ciberdelincuentes de élite; sin embargo, quienes piensan que es el único se equivocan. Hoy en día, los malhechores ya usan la surface web (o la web de la superfície) y logran salirse con la suya: es posible encontrar grupos de ciberdelincuentes no solo en aplicaciones de mansajería como Telegram, sino que también se pueden ubicar fácilmente en foros de Google. Una de estas comunidades es conocida por servir como marketplace para bases de datos filtradas: los piratas informáticos utilizan este espacio para publicitar colecciones de datos y comercializarlas a diferentes precios.
Además de para la compra y venta de datos, esos foros también sirven de escenario para el intercambio gratuito de estrategias de estafas fraudulentas a modo de guías para explotar vulnerabilidades e incluso algunos malwares “listos para usar”, que pueden modificarse para adaptarse al gusto de quien sea. Es espeluznante pensar que muchos de esos espacios virtuales permanecen disponibles durante años sin que las autoridades tomen las medidas del caso para suspenderlos.
¡Podemos vencerlos juntos!
Como bien lo ha notado Hanna, el ciberdelito se está volviendo muy organizado. Si solíamos hablar de ciberdelincuentes solitarios que actuaban de forma independiente, hoy en día, ya tenemos bandas y redes internacionales que colaboran entre sí con el único propósito de generar ganancias sobre víctimas desprevenidas. Ellos tienen mucha inteligencia y estrategia. Pero, juntos, nosotros también podemos protegernos contra un inframundo tan siniestro. El primer paso, por supuesto, es tomar conciencia de las amenazas que existen en el mundo cibernético y aprender a identificar los riesgos que enfrentamos en nuestra vida diaria.
¡Conoce a Hanna!
Edad: 25
Gustos: Libros de distopía, series de ciencia ficción y videojuegos.
Disgustos: Música instrumental, gente habladora y mala voluntad.
Pasatiempos: Montañismo y skate.
Personalidad: Misteriosa, estratega y cuidadosa.
— "Hablar es una necesidad, escuchar es un arte". (Hanna, Hacker Rangers)
Artículo traducido de: O obscuro universo dos fóruns de hacking e do crime cibernético — Perallis Security