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En la era de los deepfakes, no toda imagen vale más que mil palabras

En general, el término fake news se usa solo para aludir a cualquier noticia deturpada o que contenga errores factuales. Sin embargo, hay un aspecto que no se suele mencionar: la producción y propagación de mentiras en internet puede ser una actividad bastante lucrativa. A diferencia de las imprecisiones del noticiario, que, muchas veces, resultan de algún descuido de los periodistas, los inventos difundidos por las fake news son intencionales y muy bien calculados.

Los deepfakes representan esa diferencia muy bien. Por tratarse de un contenido audiovisual generado por inteligencia artificial (IA), ningún profesional de la prensa podría usarlo, salvo en alguna ilustración puntual. Quien forja una declaración en un deepfake demuestra una intención bastante clara de inducir a las personas a error.

El lenguaje utilizado en la noticia suele incluir imágenes y declaraciones de entrevistados para mostrar hechos y análisis de expertos. Como el deepfake adultera vídeos y grabaciones sonoras, falsificando su contenido, es capaz de simular los elementos de la noticia y producir una noticia falsa (fake news) bastante convincente.

Adhesión o promoción falsa

Entrenando la inteligencia artificial con imágenes y grabaciones de una persona famosa, es posible adulterar vídeos para modificar lo que se está diciendo. Si una persona famosa promueve algún producto o adhiere a una determinada causa, el deepfake puede fácilmente usar su discurso para relacionarlo a otro tipo de mercadería.

El estafador también puede editar el vídeo para incluir elementos visuales que reafirmen la narrativa, pero la pieza clave es un diálogo ficticio en el que el invitado y presentador exaltan la calidad de la mercadería o servicio. 

La idea es insinuar que hubo una recomendación espontánea del producto durante el programa noticioso.

Esto le pasó a un animador de uno de los podcasts más famosos del mundo: su imagen y su podcast se usaron de forma ilegítima en piezas publicitarias para promover suplementos alimenticios.

Declaración forjada

Con noticias amparadas en deepfakes, los estafadores pueden intentar influir en los movimientos de la bolsa de valores de forma positiva o negativa.

Con la inteligencia artificial, es posible usar la imagen y la voz de los directores de la empresa para anunciar proyectos, ganancias o pérdidas que no son reales. La diseminación de ese tipo de noticia, dependiendo de las circunstancias, puede influir a los inversores por un breve momento.

En 2022, un perfil falso de una empresa farmacéutica anunció que se ofrecería un medicamento de forma gratuita y, al día siguiente, la acción de la compañía registró una caída de casi el 5%. Aunque la declaración se haya dado sin deepfakes y no sea posible decir que esa disminución la provocó la publicación, la cuenta tenía un status privilegiado en la red social y confundió a algunas personas. La farmacéutica tuvo que manifestarse para desmentir la información.

Una variación de esa estafa incorpora la cuestión de la promoción falsa y utiliza la imagen de empresarios para divulgar oportunidades de inversión, sobre todo en criptomonedas. Los vídeos se divulgan en transmisiones en vivo y propagandas en redes sociales en las que se simulan ponencias o entrevistas. Quienes envían el dinero solicitado jamás reciben ninguna respuesta.

“Asesinato” de reputación

Los deepfakes también se pueden usar para dañar gravemente la reputación de una persona, ya sea poniéndola en situaciones vejatorias o falsificando declaraciones polémicas. Las imágenes se pueden combinar con elementos visuales típicos de noticiarios, los que les dan una credibilidad indebida.

Muchas redes sociales no permiten ataques directos a la imagen de una persona. De esa forma, en general, esos contenidos tienden a circular solo entre grupos de usuarios o en publicaciones temporales. Cada uno de nosotros necesita tener cuidado para evitar compartir un contenido falso sobre otras personas, especialmente cuando la persona no es famosa, pues también es común que el contenido falso se use para constreñir a personas cercanas, como un compañero de trabajo o familiar.

Tanto los deepfakes como las noticias falsas ya forman parte de la internet y representan un riesgo para la sociedad y para cada uno de nosotros como individuos. Por más que una imagen parezca real, es fundamental tener en cuenta la posibilidad de que un contenido haya sido inventado, sobre todo cuando desconocemos la fuente o cuando se trata de una alegación extraordinaria. ¡En la era de los deepfakes, no toda imagen vale más que mil palabras!