LGPD para el usuario final: ¿sabes cuáles son tus derechos?
La Ley General de Protección de Datos (LGPD) se aborda constantemente desde el punto de vista de las empresas — se habla mucho de las mejores prácticas y estrategias para que las empresas garanticen el cumplimiento de la norma. Sin embargo, poco se discute sobre los derechos que la regulación otorga al usuario final. Debes recordarte que, si los ciudadanos brasileños no conocen sus privilegios, es inútil que la ley sea activa, ya que ellos mismos no harán cumplir sus reglas.
A diferencia de lo que piensan muchos empresarios, la LGDP no fue diseñada simplemente para castigar a las empresas que sufren fuga de datos; al contrario, fue desarrollada precisamente con el foco en proteger los derechos individuales a la privacidad. Al fin y al cabo, la propia Constitución de 1988 garantiza, en su artículo quinto, que “la intimidad, la vida privada, el honor y la imagen de las personas son inviolables, garantizando el derecho a la indemnización por los daños materiales o morales resultantes de su violación”.
Esto significa que, desde 1988, el ciudadano brasileño ya tiene, como derecho fundamental, la protección de su información personal y privada, y puede ser indemnizado si dicho derecho es violado (resultando en su exposición). Sin embargo, a lo largo de los años, la recopilación y el uso de datos de los usuarios de Internet ha aumentado drásticamente, ya que la información se ha convertido en un activo precioso que puede usarse para publicidad dirigida, para estudios de mercado, para decisiones estratégicas y para alimentar algoritmos de inteligencia artificial.
¡Los datos son tuyos!
Teniendo en cuenta dicha discusión, pronto se demostró que se necesitaría una legislación separada para detallar aún más este derecho fundamental — y, siguiendo los moldes de la General Data Protection Regulation (GDPR) europea, nació la LGPD, para garantizar la protección de la privacidad de los demás en los tiempos modernos.
Por tanto, lo primero que debemos tener en cuenta es que, con tal ley vigente, más que nunca, tus datos son de tu propiedad, incluidos tanto los identificables (nombre, identificación, fecha de nacimiento, etc.) como los sensibles (orientación religiosa y sexual, condiciones médicas, opinión política, etc.). Nadie está obligado a facilitarlos, en que puede hacerlo a su propio criterio, para disfrutar de productos, servicios o condiciones especiales.
Y es aquí donde surge un importante derecho del titular ante a la LGPD: el derecho a la información. Si aceptas ceder tus datos a una empresa en particular, debes informarte sobre cómo se utilizarán, cómo se almacenarán, los terceros con los que se compartirán estos registros, etc. Ningún proceso de manejo de datos se puede realizar en la oscuridad: todo depende de tu consentimiento.
El usuario también tiene el derecho de libre acceso (es decir, podrá consultar, en cualquier momento, qué información sobre sí mismo tiene la empresa en su poder), el derecho a la seguridad (debes exigir que los datos estén protegidos contra filtraciones, exposiciones y robos por invasiones de actores malintencionados), el derecho a la no discriminación (no ser discriminado ni recibir un trato diferente en función de los datos facilitados) y el derecho a ratificar, anonimizar o suprimir los datos (en definitiva, puede ordenar a la empresa que elimine su información en cualquier momento).
Un paso importante
Vale la pena recordar que, de hecho, todas y cada una de las empresas que recopilan, almacenan y procesan datos de ciudadanos brasileños, en teoría, necesitarían proporcionar un canal de contacto rápido y eficiente para que los titulares puedan realizar dichas solicitudes de la manera más amigable posible (recordando que no hay necesidad de formalidades o uso de lenguaje legal — un correo electrónico solicitando acceso o eliminación de información personal debe ser suficiente). Las entidades legales deben responder a tales solicitudes dentro de 15 días.
Por supuesto, aunque la LGPD simboliza un gran paso en la protección de los datos personales de los ciudadanos brasileños, hay margen de mejora. Actualmente, la ley solo prevé sanciones para las empresas que infrinjan sus reglas, pero no presenta herramientas de indemnización para el titular que tuvo su intimidad violada, por una eventual fuga de datos (derecho que, como se mencionó anteriormente, está previsto en la Constitución).
De cualquier manera, ahora que conoces tus derechos, ¡hazles cumplir y asegúrate de que las empresas estén cumpliendo con sus deberes para una Internet más segura!