Metaverso: las preocupaciones de los expertos con amenazas a la privacidad
No hay cómo negar que el multiverso es una de las tendencias tecnológicas más prometedoras de los últimos años. Aunque el concepto parezca bastante complejo, la idea de que estamos literalmente insertos en un ambiente totalmente virtualizado para consumir contenido, colaborar e interactuar con otras personas al fin está dejando de ser un escenario de película de ciencia ficción. Sin embargo, no todo son rosas y algunos expertos ya han manifestado una serie de preocupaciones con respecto a la moda del momento.
La verdad es una sola: las propuestas del multiverso, de hecho, generan nuevos riesgos y amenazas a la privacidad y seguridad cibernética de los usuarios. Es necesario que no solo las empresas involucradas en la creación de esos ambientes digitales presten atención a esas cuestiones, sino también que los propios internautas tomen cuidado al embarcar en ese terreno desconocido y que sean conscientes de los peligros que puede representar.
Más datos que nunca
Una de las preocupaciones relacionadas a la popularización de los multiversos es la relativa a la recogida excesiva de datos; y no hablamos solo de la información que ya se suele recoger en los días actuales, como nombre, e-mail, dirección postal y afines. La mayoría de los proyectos de metaversos involucran el uso de dispositivos electrónicos avanzados, como gafas de realidad virtual y aumentada (VR y AR), además de otros sensores diversos que servirían para hacer el juego aun más “realista”.
Sin embargo, conviene detenerse a pensar en la cantidad de información de telemetría que esos gadgets tendrían la capacidad de capturar. Basándose en la dilatación de la pupila y el análisis de las pulsaciones cardíacas de los usuarios, una red de publicidad, por ejemplo, lograría identificar qué tipo de publicidad es más eficiente para cierto individuo. Además, al aumentar la recogida y el uso de datos, también se abren más precedentes para más filtraciones e interceptaciones por parte de delincuentes cibernéticos.
Esto es un asalto… ¡digital!
Y, hablando de ciberdelincuentes, el cibercrimen también evoluciona paralelamente al metaverso. Ante todo, cabe recordar que la mayoría de esos ambientes digitales se están construyendo con bases sólidas en la criptoeconomía. Se pueden adquirir tokens no fungibles (los famosos non-fungible tokens o NFT) y usar contratos inteligentes de la blockchain para, por ejemplo, comprar un terreno virtual por valores que se acercan a los precios de una propiedad en el mundo real.
Sin embargo, las redes blockchain no son invulnerables: ya se han detectado ataques y estafas dentro del metaverso en los cuales el comprador de un activo digital paga por un determinado bien y no lo recibe; además de formas relativamente simples de robar criptomonedas. La mayoría de las veces, esos fraudes también incluyen el uso de ingeniería social para persuadir a la víctima a cerrar un negocio.
Y hay mucho más…
Esos ejemplos son solo la punta del iceberg. Dado que aun no existen legislaciones específicas para metaversos (que protejan a las víctimas y penalicen actos indebidos en ese “mundo cibernético”), la conclusión es la de que, en los próximos años, los metaversos probablemente aun nos causen dolores de cabeza hasta que la situación se estabilice.