¿Qué es NFC y qué precauciones debes tomar con esta tecnología?
Seguramente has escuchado hablar —o leído en alguna parte— sobre la tecnología NFC, pero no todos saben exactamente qué es o cómo funciona. En primer lugar, aquí va una verdad que podría chocar a más de uno: aunque la NFC recién se volvió popular en Brasil en los últimos años, el estándar NFC (sigla de Near Field Communication, Comunicación de Campo Cercano en español) no es algo nuevo. De hecho, nació en 2002 a partir de bosquejos técnicos realizados por las empresas Philips y Sony.
La idea era simple: crear una tecnología que permitiera a dos dispositivos intercambiar información entre sí sin la ayuda de cables al ingresar a un campo electromagnético de baja amplitud (en términos de unidad de longitud, hablamos de una distancia de 10 centímetros como máximo, pero, por lo general, es incluso más pequeña, situándose en el rango de dos a tres centímetros). Las aplicaciones de NFC son variadas y, con la ayuda de la japonesa Sony, se popularizaron de inmediato en la región asiática.
Lo mejor de esta tecnología es que, al igual que la antigua RFID (Radio-Frequency Identification, o Identificación por Radiofrecuencia), la NFC no requiere que el titular de su chip tenga su propia fuente de energía, lo que permite incorporarlo a las tarjetas, etiquetas e incluso adhesivos. En la llamada lectura pasiva, es el dispositivo lector (que puede ser un smartphone o un receptor dedicado para eso) el que energiza el chip cuando se acerca, leyendo, grabando o modificando los datos grabados en él.
Actualmente, la NFC ha conquistado el mundo; y lo más probable es que esté presente en tu vida, incluso si no te das cuenta. En Brasil, su “inauguración silenciosa” se celebró en tarjetas de transporte público, como las del Bilhete Único de São Paulo. Estas contienen un chip NFC estándar Mifare en su interior que permite a los usuarios recargarlas usando un teléfono móvil que tenga un lector incorporado. Más recientemente, las tarjetas de crédito también han adoptado este estándar para permitir pagos sin contacto.
Tocaste, pagaste... O robaste
Y es justo ahí donde las cosas se complican. Los pagos sin contacto (contactless) se volvieron tremendamente populares durante los períodos más críticos de la pandemia del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), ya que era mucho más seguro para la persona que iba a pagar sostener su tarjeta de crédito cerca de la máquina que permitir que el vendedor la tomara en sus manos. Los brasileños —así como muchos ciudadanos de todo el mundo— se acostumbraron rápidamente a esa facilidad. Lo que pocas personas saben es que, así como el NFC puede ser muy útil, también conlleva riesgos para la seguridad.
No es difícil, para un ciberdelincuente, robar dinero de tu cuenta utilizando un dispositivo creado para ese propósito. Él solo necesita que estés en un lugar concurrido para acercarse a ti, deslizar el lector malicioso en tu bolsillo y “solicitar” el chip de la tarjeta para enviarle dinero, como una máquina expendedora común. Es justamente por eso que los expertos en seguridad recomiendan que desactives el pago por aproximación si pretendes asistir a lugares concurridos, como una fiesta, por ejemplo.
Pero los golpes no terminan por ahí. Debido a la rapidez y aparente practicidad de los pagos sin contacto, es común que las personas, al momento de realizar una compra, ni siquiera verifiquen si el valor que se les está cobrando por medio de la máquina es el correcto. Se han recibido muchas quejas de clientes de aplicaciones de entregas a domicilio que fueron engañados por personas malintencionadas (algunas llegan a romper intencionalmente la pantalla de la máquina para cobrar valores superiores a los debidos a los clientes desatentos).
No conviene bajar la guardia
Como comentamos, aunque sea sumamente popular en Asia, la tecnología NFC todavía es nueva en Brasil y es normal, entonces, que los ciudadanos no estén acostumbrados a tomar las precauciones del caso. Si optas por pagos sin contacto, verifica siempre el valor que se te está cobrando por medio de la máquina antes de acercar tu tarjeta y nunca aceptes realizar transferencias por medio de dispositivos que estén "rotos" o cuya pantalla presente averías que dificulten la lectura. Pide siempre tu comprobante de pago para verificar el valor cobrado.
Con respecto a los “lectores ladrones”, la recomendación es simplemente la de desactivar el pago sin contacto si sabes que vas a pasar por lugares de mucho movimiento (puedes hacerlo usando la aplicación de tu banco). Si tener que activar y desactivar esta función todo el tiempo te resulta muy molesto, entonces vale la pena que inviertas en un tarjetero antirrobo NFC: están hechos con un recubrimiento especial de aluminio que impide la comunicación entre el chip y los lectores. Estos tarjeteros ya se encuentran fácilmente en las tiendas online y tienen precios accesibles.
Por último, también te conviene tener cuidado con tu teléfono móvil equipado con antena NFC. Mantén la función desactivada hasta que necesites usarla, ya que puedes leer involuntariamente una etiqueta que activará la descarga de malware en tu dispositivo móvil. Este es un escenario perfectamente posible y aterrador, ya que, como ya lo hemos señalado, los chips se pueden camuflar en cualquier cosa: un llavero, un adhesivo o incluso el anillo de alguien que te pide prestado tu smartphone por unos segundos.