¿Sabes qué es un programa de integridad y para qué sirve?
Los días en los que las empresas tenían que preocuparse exclusivamente por vender sus productos o prestar sus servicios y obtener ganancias quedaron en el pasado. Actualmente, incluso las pequeñas empresas deben cumplir con una serie de reglas sectoriales y demostrar que mantienen un ecosistema de trabajo ético. Se discute, incluso, el papel de las corporaciones en factores sociales y ambientales (el famoso concepto de Gobernanza Ambiental, Social y Corporativa, más conocida por la sigla en inglés ESG).
Entre las obligaciones y factores competitivos diferenciales están los programas de integridad, pero... al fin y al cabo, ¿sabes qué son y para qué sirven? A menudo se confunden erróneamente con los programas de compliance, que, a su vez, están más dirigidos al cumplimiento de medidas regulatorias específicas para el sector en el que opera la empresa. En Brasil, los programas de integridad se crearon por medio del Decreto Federal Nº 8.420/2015, que regula la Ley Anticorrupción (Ley 12.846/2013).
De acuerdo con este decreto, el programa de integridad “consiste, en el ámbito de una persona jurídica, en el conjunto de mecanismos y procedimientos internos de integridad, auditoría e incentivo a la denuncia de irregularidades, y en la aplicación efectiva de códigos de ética y conducta, políticas y directrices con el fin de detectar y remediar malversaciones, fraudes, irregularidades y actos ilegales practicados contra la administración pública, nacional o extranjera”. Ahora, entendamos lo que esto significa en la práctica.
Los pilares de un programa
En términos simples, un programa de integridad es el conjunto de reglas y acciones internas mediante las cuales se busca prevenir y combatir las actividades ilegales dentro de tu empresa, incluyendo malversación de fondos, corrupción, fraude, malos tragos durante los procesos de auditoría, etc. El objetivo último es evitar que las empresas privadas entren en conflicto con los intereses públicos, lo cual es especialmente importante para los procesos de licitación y diversas inspecciones. Sin embargo, la cultura corporativa también se beneficia de un programa de integridad.
Al fin y al cabo, puede evitar daños económicos y de reputación, fortalecer a la empresa como un todo, transmitir una mayor credibilidad ante el mercado, potenciar tu marca y contribuir al desarrollo sostenible (lo que dialoga directamente con el concepto ESG antes mencionado). Sin embargo, para que un programa tenga éxito, debe respetar algunos pilares cruciales que deben funcionar de la manera más integrada y armoniosa posible. Los pilares son:
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Compromiso y apoyo de la alta dirección;
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Órgano responsable;
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Análisis de perfil y riesgos;
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Estructuración de reglas e instrumentos;
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Estrategias de monitoreo continuo.
En otras palabras, el directorio de la empresa debe participar directamente en la elaboración del programa; se debe formar un grupo responsable por dicha actividad; es necesario estudiar los riesgos de acuerdo con la estructura organizativa de la empresa; elaborar un código de ética y conducta acorde con la realidad de la cultura corporativa; y asegurar que el programa se aplique de manera continua.
Acciones en curso
Es importante destacar que un programa de integridad es cíclico: su función es prevenir prácticas ilegales, mitigarlas si se identifican y reaccionar adaptando acciones para evitar que tales incidentes vuelvan a ocurrir. Además, teniendo en cuenta que la legislación actual está siempre cambiando y evolucionando, el programa también debe adaptarse a las necesidades del escenario actual.