¿Se ha acabado el teletrabajo? Buenas prácticas de seguridad para adoptar en la oficina
La nueva pandemia de coronavirus (SARS-CoV2) obligó a las empresas del mundo a adoptar un modelo de trabajo que, en América Latina, aun es poco común: el famoso teletrabajo. Por la primera vez en la historia, millones de profesionales entendieron lo que significa realizar sus tareas profesionales desde su propia casa, asumiendo la responsabilidad de mantener la postura correcta ante las exigencias cotidianas aunque “descansar un poco en el sofá” o “quedarse en la cama” fueran opciones seductoras.
De todos modos, para muchos, este período ya está terminando. Aunque muchas empresas se han dado cuenta de que existen varias ventajas en trabajar de forma remota (como el ahorro de costes con el arrendamiento y el mantenimiento del espacio físico y una mayor productividad del personal), con la reducción del número de casos de COVID-19, otras empresas han decidido adoptar un formato híbrido o incluso han convocado a todo su equipo a volver a trabajar en la oficina. Si ese es tu caso, te preguntamos: ¿recuerdas (o sabes, si comenzaste tu carrera profesional durante el período de teletrabajo) cómo protegerte en este entorno?
Ojo... se está compartiendo información confidencial
Cuando el entorno cambia, las amenazas también cambian. Y por eso es importante que quienes trabajaban en la oficina antes de la pandemia recuerden algunas peculiaridades de este entorno y quienes nunca pisaron un establecimiento físico en sus carreras las conozcan. En primer lugar, debes tener cuidado con lo que dices sobre proyectos y actividades profesionales, las llamadas “conversaciones de ascensor”.
Esto es especialmente peligroso si la oficina en cuestión forma parte de un coworking, espacio en el que hay varias otras empresas trabajando en el mismo perímetro y, a menudo, compartiendo espacios comunes como comedor, terraza y áreas destinadas al descanso. Está bien tener una reunión informal con tus compañeros en esos lugares, pero presta atención al volumen en que hablan para que los fisgones no puedan escuchar los planes delicados en los que está trabajando tu equipo; al fin y al cabo, nunca se sabe cuándo la persona a tu lado es un competidor.
La política de la mesa limpia, en el trabajo presencial tiene ahora más importancia que nunca. Precisamente porque no tienes control sobre terceros que puedan entrar a tu lugar de trabajo, evita al máximo dejar papeles desparramados, informes abandonados y post-its con información importante por ahí. Otra falta grave que muchos cometen (especialmente en los coworkings) es alejarse de su estación de trabajo dejando su notebook o computadora desbloqueada. Es más, si usas una computadora portátil, llévala contigo. Aparte del acceso no autorizado, ¿quién garantizará que alguien no conecte un dispositivo USB malicioso a tu máquina?
Entorno físico, riesgos físicos
Por último, otro consejo de oro para los coworkings (que se están volviendo más populares entre las startups porque son más baratos) es tener cuidado con las redes Wi-Fi a las que te conectas. La red oficial del establecimiento es tan insegura como la de un café o una biblioteca: cualquier delincuente puede interceptar tus datos. Utiliza únicamente el hotspot oficial de tu empresa, que seguramente estará correctamente configurado y con las capas de seguridad adecuadas para evitar cualquier tipo de problema.
Trabajar en una oficina puede darte la falsa impresión de que estás más protegido que en casa. Esto es un error: el entorno físico también está sujeto a amenazas físicas e ingeniería social física, como alguien que se hace pasar por un prestador de servicios con una credencial falsa para acceder al interior del edificio y extraer información de una computadora portátil desbloqueada o informes confidenciales que se dejan en la bandeja de impresión. Si vas a volver al trabajo presencial, recuerda el peligro de estas amenazas para evitar problemas.